Solía tener prejuicios con respecto a determinados temas en mi vida... Hoy en día puedo decir que se rompieron todos ellos.
Eran las 18.40 pm, una atípica tarde de Abril... con 10 minutos de atraso, llegando a la primera clase de francés, con seguridad y sin vacilaciones, entré a la sala de clases ubicada en un edificio antiguo de Francisco Noguera. Me senté con prisa, miré a mi alrededor y me encontré con distintas caras, diferentes edades, pero similar simpatía. Para mi sorpresa, me encontré con un personaje muy peculiar, quien tuvo el valor de romper mis esquemas y a quién hoy le doy las gracias.
Los días pasaban, el nivel uno avanzaba y yo aprendía el idioma del "amor".
Con su chaqueta de cuero, su afición por la música de los setenta y argentina, su pasión por el derecho, la Universidad de Chile y por generar polémica, este personaje de 21 años determinadamente rompió mi paradigma de vida.
-Podríamos armar un grupo y estudiar juntos para el exámen, dame tu número para que hablemos-dijo Matías. Fue así como todo comenzó y hoy en día estamos juntos.
Por mi peculiar y particular forma de NO captar las segundas intenciones, nunca imaginé que un universitario buscador de polémicas y de disímil pensamiento político, sería a quien yo querría. Quien aceptaría mis mañas, quien lidiaría con mi "incapacidad emocional", con mis miedos e incertidumbres pero con mis buenas intenciones, mis ganas de disfrutar el día y quien compartiría mi pasión: Viajar.
Así fue todos los días han adquirido un sentido: One fine day.
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